El PNV, EA, EH, IU y diecinueve organizaciones sociales y sindicales vascas firmaron, el 12 de septiembre de 1998, la Declaración de Lizarra, en la que se comprometieron a emprender, con métodos pacíficos, la "construcción nacional de Euskadi en las instituciones democráticas". El documento demanda territorialidad y soberanía y contempla en la segunda fase del diálogo el cese "permanente de todas las expresiones de violencia". Tras la materialización de la ruptura de la tregua de ETA, el Pacto de Lizarra no ha rechazado, ante la negativa de EH, ni los atentados, ni ha habido una petición a ETA para que restaurara el alto el fuego, pese a que el propio acuerdo de 1998 reclama "la ausencia permanente" de la violencia. Por este motivo, IU-EB abandonó el Pacto el 26 de enero de 2000 al considerar que este foro se mostró incapaz de "afrontar la nueva situación creada tras el retorno a la actividad armada por parte de ETA". El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha...