Geografía Edificio del Museo Guggenheim de Bilbao, a orillas de la ría de Nervión. Obra de Frank Gehry, 1997. Ermita de San Juan de Gaztelugatxe en bermeo. Montes Vascos, en Lekeitio. Puerto de Portugalete. Al fondo, el Gran Puente Colgante de Vizcaya, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006. Obra de Alberto de Palacio y Elissague, 1893. El territorio vizcaíno se engloba casi en su totalidad (a excepción del valle de Otxandio) en el sector oriental de la Cornisa Cantábrica. Su verte –bración geomorfológica se produce a partir de una constante sucesión de valles atlánticos de diversa entidad y morfología, los cuales se separan entre sí por medio de un complejo sistema de relieves montañosos conocido con la denominación genérica de Montes Vascos. El resultado de esta configuración del relieve es una orografía intrincada y un paisaje típicamente atlántico, con valles de origen fluvial en su mayoría sumamente encajados –pendientes pronunciadas, desniveles importantes– y cadenas montañosas agrestes aunque de modesta altitud, lo que explica la ausencia de llanuras o cuencas de cierta entidad. Las mayores elevaciones se localizan en la línea divisoria de aguas cantábricomediterránea, al S. de la prov., de la que el macizo de Peña Gorbea constituye la cota máxima, con sus 1.481 m. de alt. Geológicamente, la prov. de Vizcaya se inscribe en la unidad del Umbral Vasco (se utiliza desde tiempos recientes, cada vez en mayor medida, la denominación de Montes Vasco-Cantábricos), que se alza a caballo entre el Macizo Asturiano al O., la cordillera pirenaica al E., y las depresiones de Aquitania (Francia) al N. y Ebro al S. A escala más detallada, el territorio vizcaíno se ve afectado por una serie de unidades de relieve, que desde la costa hacia el interior (es decir, de N. a S.) son, en primer lugar, el Anticlinorio Norte de Vizcaya, unidad que presenta cierta continuidad y pierde altura progresivamente de E. a O. hasta el cabo de Matxitxako, en la que destacan elevaciones como Nabarniz (722 m.) o Sollube (684 m.).